sábado, 31 de enero de 2009

malviviendo

Acabo de leer en el blog de Kozmica una anotación sobre lo que llaman en México parqueros, y que aquí en España llamamos gorrillas. Como viene muy al caso, llevaba semanas queriendo hablar de ello y además hay novedades al respecto, voy a hablar de Malviviendo, una serie amateur elaborada para internet que está teniendo bastante repercusión (aunque menos de la que merece, a mi juicio).
Malviviendo retrata la vida de un gorrilla, un chico joven que se dedica a ayudar a la gente a aparcar sus coches, con la promesa tácita de proteger el vehículo; subyace una interpretación más oculta y amenazante, que nadie sugiere siquiera pero todo el mundo piensa, que reconvierte este acto socialmente útil y digno de agradecimiento en una extorsión o chantaje. Porque se me olvidaba decir que estos aparcacoches buscan -y aceptan- un estipendio o propina del propietario del vehículo por los servicios desinteresadamente prestados. Se da la circunstancia -además- de que el benefactor tiene un aspecto más bien patibulario, con lo que la conexión mental entre no pagar al gorrilla y encontrarse un rayazo en una puerta es evidente.
Pues se da la circunstancia de que esta serie, Malviviendo, ha llegado ya a su tercer episodio. El primero les costó -dicen- 40€, y el segundo ya dobló esa cantidad. Esto es imposible en circunstancias normales y a la vista del producto, pero es que esta gente son sus propios actores, editores, directores y todo eso, y además están en contacto con la Universidad de Sevilla. En cualquier caso, otros con más de mil veces esa cantidad hacen cada truño que dan arcadas.
Os enlazo a continuación los tres primeros episodios de la serie, acumulados.
El número A:


El número B:


Y el número C:


¡Hala, a rascarla por ahí!

viernes, 30 de enero de 2009

spotify

Llevo un montón de días leyendo cosas sobre spotify en todos los blogs de los sabios de la interñé. Tanto es así que me he decidido a probarlo. Lo bajé hace diez minutos y no puedo entender que una cosa tan obvia funcione tan bien y sea gratis. Las discográficas llevan años tomándonos el pelo. Esto es un programa que te da acceso, a través de internet, a una base de datos que contiene una cantidad, calidad y variedad monstruosa de música. Lo máximo.
Lo que tienes que hacer es crear una cuenta aquí, luego te bajas el programa (ya al completar el formulario llegas al sitio de bajártelo), lo instalas y ya tienes una especie de iTunes con millones de canciones, listas de reproducción, compatible con growl (una cosita de mac que lanza avisos en pantalla, que todo dios usa) y que si te gusta una canción puedes arrastrarla a un correo y te genera un enlace automáticamente.
Me releo y observo que no he desarrollado lo de las discográficas. Resulta que este servicio goza del beneplácito de las disqueras. Que de su defensa numantina de los derechos sobre la música, que no permitían ni que se escuchara, pasen a autorizar un acceso total me extraña. Pero en efecto el servicio está pactado. A ver lo que dura (gratis, al menos).
Y para que veáis lo surtido que está este spotify, y que lo probéis un poquito, aquí (enlace de spotify, sólo para los que ya lo tengáis instalado) os largo un enlace. Es una canción/himno autodestructivo que era mi guía, aliento y luz en el oscuro mundo de mi prolongada adolescencia. Para los que no queráis instalar aún esto, ahí va un reproductor de goear:

La letra, por si queréis haceros un karaoke punkie-vintage:

Me miro en el espejo
Y soy feliz
Y no pienso nunca
En nadie más que en mí
Y no pienso nunca
En nadie más que en mí
Leo libros que no entiendo más que yo
Y oigo cintas que he grabado con mi voz
Y oigo cintas que he grabado con mi voz

Encerrada en mi casa
Todo me da igual
Ya no necesito a nadie
No saldré jamás

Y me baño en agua fría sin parar
Y me corto con hojitas de afeitar
Y me corto con hojitas de afeitar

Me tumbo en el suelo de mi habitación
Y veo mi cuerpo en descomposición
Y veo mi cuerpo en descomposición

Encerrada en mi casa
Todo me da igual
Ya no necesito a nadie
No saldré jamás

Ahora soy independiente
Ya no necesito verte
Ya soy autosuficiente
Al fin

Me miro en el espejo
Y soy feliz
Y no pienso nunca
En nadie más que en mí
Y no pienso nunca
En nadie más que en mí

Leo libros que no entiendo más que yo
Y oigo cintas que he grabado con mi voz
Y oigo cintas que he grabado con mi voz

Encerrada en mi casa
Todo me da igual
Ya no necesito a nadie
No saldré jamás

Ahora soy independiente
Ya no necesito verte
Ya soy autosuficiente
Al fin.

in the ghetto


Ya me imagino que conoceréis la canción, e incluso puede que la versión, de In The Ghetto. Sin embargo, no deja de tener su interés seguir la letra ir puliendo nuestra fonética inglesa. Pinchad la tecla de reproducir y dejaos llevar.

As the snow flies
On a cold and gray chicago mornin
A poor little baby child is born
In the ghetto
And his mama cries
cause if theres one thing that she dont need
Its another hungry mouth to feed
In the ghetto

People, dont you understand
The child needs a helping hand
Or hell grow to be an angry young man some day
Take a look at you and me,
Are we too blind to see,
Do we simply turn our heads
And look the other way

Well the world turns
And a hungry little boy with a runny nose
Plays in the street as the cold wind blows
In the ghetto

And his hunger burns
So he starts to roam the streets at night
And he learns how to steal
And he learns how to fight
In the ghetto

Then one night in desperation
A young man breaks away
He buys a gun, steals a car,
Tries to run, but he dont get far
And his mama cries

As a crowd gathers round an angry young man
Face down on the street with a gun in his hand
In the ghetto

As her young man dies,
On a cold and gray chicago mornin,
Another little baby child is born
In the ghetto

Repetidlo varias veces y quizá alcancéis la pronunciación de Aznar.

por favor, no orinen ni defequen por todas partes


Soberbia foto, aparecida en Adult Engrish.

martes, 27 de enero de 2009

20Q, juego que te adivina el pensamiento

Acabo de ver en Microsiervos un enlace a la página de 20Q en la que puedes jugar a esto en lo que te imaginas algo y el programa lo adivina milagrosamente a través de 20 preguntas. Existe una maquinita en español a la venta en jugueterías con este mismo juego.
Precisamente, en estas navidades pasadas -al contrario que haría Mr. Scrooge- me fui a un sitio de estos a hacer gasto y tuve ocasión de probar esta maquinita. El concepto a adivinar en el que pensé fue "granito", y lo escogí con la intención de facilitarle las cosas, dejando para más adelante términos como "paz", "facistol" o "ideología". De las primeras preguntas que me hizo la máquina fueron si era animal, vegetal o mineral (no recuerdo si respondí que no a lo de mineral, porque el granito es una roca). Luego me hizo muchísimas preguntas más, algunas de ellas tan alejadas del concepto que ni sabía bien qué responder. Al terminar las 20 preguntas, la máquina dijo, feliz, que el concepto en el que estaba pensando era "una piedra".
No vi el milagro por ninguna parte.

domingo, 25 de enero de 2009

mi biblioteca de iTunes se ha necrosado


Para el que no tenga una biblioteca de iTunes en su ordenador no sabrá hasta qué punto lo que me está ocurriendo es una catástrofe. Sólo los que tengáis miles de canciones transformadas a mp3 o aac, ordenadas y etiquetadas, con su evaluación, su fecha de incorporación y su número de reproducciones, sabréis hasta qué punto es horrible esto que me pasa.
¿Qué me pasa? Pues que hace unos días cambié toda la biblioteca de iTunes desde un disco externo al nuevo interno que le instalé a mi ordenador, y en este proceso debió ocurrir algo malo, porque pronto me encontré con que algunas pelis no se podían reproducir en el ordenador.
Como no suelo poner música en el ordenador no me di cuenta de que lo mismo que con las películas también ocurría con muchísimas (no probé con todas, por supuesto, pero en la muestra que probé creo que son más de la mitad) canciones de la biblioteca; creo que en todas las ocasiones las canciones que no funcionan son de álbumes enteros, aunque no estoy seguro de si hay alguna suelta por ahí. No ocurre como otra vez, que iTunes no encontraba las canciones de la biblioteca porque la cambié de sitio arrastrándola y el programa es idiota; en esa ocasión aparecía un signo de exclamación al lado de cada canción perdida. No. Ahora lo que ocurre es que pincho una canción cualquiera y suena, y pincho en otra y no se abre nada, pero no hay nada externo que indique que una canción está "muerta". Así es muy difícil arreglarlo, claro. Me fui a los ficheros originales e intenté abrirlos con otras aplicaciones (todas las que tengo que reproducen música o películas), y no hubo manera. Intenté arreglarlas con un programa de reparación de emepetreses, y nada. Les pasé un antivirus (hay que probarlo todo), y nada. Intenté reproducir un fichero de estos muerto en un pc y en otro mac, y nada.
Tengo más de 12.000 canciones en iTunes. La reconstrucción, metiendo cedé a cedé, puede llevarme meses de trabajo intenso, por no hablar de todos los títulos de canciones que tendría que teclear porque no están en gracenote cddb o porque son de discos pasados desde disco de plástico (con las canciones sin cortar, todo el sonido continuo). No lo quiero ni pensar. Y también está toda la música que me he ido bajando de por ahí, que tendría que recuperar…
Pero no os he contado lo más raro. El ordenador no me reproduce gran parte de las canciones de iTunes, pero mi iPod de 74,35 Gb sí. Supongo que es porque la base de datos de la biblioteca detecta todas las canciones sincronizadas entre el ipod y el ordenador, así que no ha reescrito los archivos en el iPod. Quiero decir que las canciones que se escuchan en el iPod fueron trasladadas allí antes del cambio de disco duro, y no están estropeadas, como las del ordenador. Mi iPod es una joya que no debo perder; en él está mi biblioteca de iTunes en buen estado.
Después de intentar todo, me he decidido a lanzar una aplicación llamada iPodRip que permite -en teoría, que estas cosas siempre fallan por algún sitio- reconstruir la biblioteca de iTunes en el ordenador a partir del iPod. Lo primero que hice fue borrar toda la música de la carpeta iTunes music (¡!); no tenía otro remedio porque no me cabe duplicada (de todos modos la tengo copiada en un disco externo). Luego, puse a funcionar el iPodRip en una versión actual, que se paró a las 200 canciones: versión de evaluación/si quiero continuar debo pagar; en la página pone que la versión de evaluación funciona perfectamente varias sesiones, así que son unos hijos de puta. Me resigno entonces a usar una versión antigua. Está funcionando ahora, aunque creo que me ha pasado algo extraño, porque se ha puesto a hacer algo llamado hard recover que no me ha gustado nada. Lleva funcionando casi dos horas, y va por la mitad. Estoy seriamente preocupado.

jueves, 22 de enero de 2009

sui génesis

Esta gran expresión se refiere a algo con un origen específico, que no comparte con ninguna otra cosa. Por ejemplo, "el nuevo iMac de Apple es un ordenador sui genesis", en el sentido de que para fabricarlo (y, por tanto, para arreglarlo) se requiere un proceso de bricolage avanzado como el necesario para producir un satélite de comunicaciones.

miércoles, 21 de enero de 2009

De la noche a la mañana - Opinión - La Opinión A Coruña

Soberbio e impresionante artículo de Arturo Lezcano en La Opinión de A Coruña. Lo que todo dios dice, pero mucho mejor dicho.
Leedlo, por Belcebú.

http://www.laopinioncoruna.es/secciones/noticia.jsp?pRef=2009012100_5_253823__Opinion-noche

publicado desde móvil (sin enlaces; el aclamado dispositivo blackberry no los permite)

domingo, 18 de enero de 2009

todo acaba mal


Los cuentos infantiles de final feliz terminan con un "fueron felices y comieron perdices". Al llegar a cierta edad me di cuenta de que ningún cuento podía terminar bien, porque los protagonistas acabarían deteriorándose, y al final llegaría la enfermedad, el dolor, la agonía y la muerte. El final nunca puede ser feliz, por lo tanto. Ni siquiera en las narraciones con protagonista colectivo, en las que un pueblo recupera la paz tras el ataque de un ogro, puede decirse que no llegará un momento en el que la tierra dejará de ser hospitalaria y la humanidad desaparezca. Todo esto se acabará algún día, primero para mí, y después -mucho después- para toda el género humano. Y no habrá nada.
Recuerdo la inseguridad que me produjo hacerme consciente de que la muerte acabaría con todo y todos, y que no había manera de escapar. Ya no hubo narraciones divertidas o alegres, porque simplemente el autor estaba escamoteándonos el final verdadero, deteniendo la historia en un momento bueno. En este sentido, el que escribe decide dónde parar, y si lo que hace es optimista o pesimista. Pero yo no me dejaría engañar nunca más.
Recuerdo concretamente un libro de Asterix, llamado El combate de los jefes, en el que Panoramix, el druida, se golpeaba la cabeza y perdía su facultad de hacer la poción mágica. La base, el respaldo inamovible que hacía de Asterix un personaje invencible quedaba socavado, en este libro y en todos los posteriores, por la posibilidad de anular a Panoramix. Recuerdo con angustia la historia, y el escaso consuelo del final feliz condicionado por la constatación de que el druida era vulnerable y -por lo tanto- Asterix también. No quise volver a leer El combate de los jefes. Aún ahora es el Asterix que menos me gusta.
Siddhartha me gustó mucho, y me alivió del miedo a la vida infructuosa. El protagonista encontraba la satisfacción en la entrega, en la renuncia a luchar por conseguir cosas. Digamos que se conformaba, que se resignaba a esperar tranquilamente la muerte reduciendo las preocupaciones al mínimo; a nada, si podía. No sé por qué -aunque lo intuyo- este libro me calmaba, y reducía mi angustia. Me imagino que respondía a mi ansiedad con un mensaje claro: no pierdas más el tiempo y las fuerzas, y déjate llevar.
Desde niño, soy consciente de que la felicidad es una ilusión limitada en el tiempo, siempre ficticia. Y lo que me mantiene vivo no es más que el instinto, el miedo al dolor y a lo desconocido.
Nada más que eso.

jueves, 15 de enero de 2009

eurovisión 09

Ya estamos votando para Eurovisión 2009. De hecho el plazo se cierra el lunes, y ya está casi todo el pescado vendido. De los cinco que están de primeros hay dos en el epígrafe Pop/Rock, dos en Latina y uno en Indie. Los de latina suenan verdaderamente garrulo, así con ese tópico musical fabricado para los extranjeros de lo que es la música de origen hispano: muy racial, de mucha trompeta, con mucho carácter, de clavel entre los dientes y faca en la faja, rebosante de tópicos nauseabundos. Los del epígrafe poprock no se diferencian gran cosa de los de latina.
Sin embargo, el grupo indie me llama la atención. Su canción es una cosita pop más o menos normalita, no muy bien elaborada ni tocada ni instrumentada ni arreglada. Indie viene de independiente, y se refería a aquellos grupos que no distribuíann su música a través de multinacionales discográficas. Supongo que las discográficas independientes no lo serán porque las multinacionales dependan de nadie; al revés, cuanto más dinero tenga una compañía más libre será de hacer lo que quiera. Lo de indie, pues, quiere decir más o menos "de bajo presupuesto". Por ello, los grupos independientes por tradición son esos grupillos pop de toda la vida que suenan como a lata y que suplen sus notables carencias de medios con un supuesto talento, imaginación y creatividad. Sin embargo, creo yo que hoy en día los medios de grabación y de manipulación sonora están al alcance de cualquiera con un ordenador personal normal, así que el sonido de lata ya es algo consustancial a lo "indie", del mismo modo que el falsete con olor a sobaco lo es al "heavy". Queda por tanto claro y meridiano que estas etiquetas marcan fronteras muy tenues entre uno y otro estilo, y que a la hora de seleccionar una canción para Eurovisión el ejército gay dueño de las galgas que definen lo estético siempre selecciona las mismas tonadillas gañanas e insustanciales.
Por ahora, a gran distancia y sin mucho espacio para sorpresas se encuentran estas dos joyitas:
• La primera es Soraya, que participó en la versión española del reality Operación Triunfo, en el que una recua de virtuosos del canto competía a cuál era más plano y maleable, al objeto de que la compañía patrocinadora le hiciese un contrato de un par de discos, tras el que sería reciclado en el circuito de salas de fiestas pueblerinas.


• La segunda es una tal Melody, que tuvo un par de éxitos notables en el ámbito de la música comercial que yo denomino "comercial de mierda", y no explico por qué; imagináoslo.




Una pena, que lo de Chikilikuatre no se repita. Por lo menos él no engañaba a nadie.

informático subempleado

- Ayuda en carretera, dígame.
- Buenas. Mi coche no arranca, ¿podrían mandarme una grúa?
- ¿Ha probado a salir del coche y volver a entrar?

(Oído -más o menos- en la radio)

publicado desde móvil (sin enlaces; el aclamado dispositivo blackberry no los permite)

lunes, 12 de enero de 2009

el Rey tiene un Dalí pagado por mí


El rey de España, don Juan Carlos de Borbón, disfruta de un cuadro de Dalí en su despacho desde hace muchos años. Fue un cuadro que se encargó en el año 68 para ser enviado a la olimpiada de México a representarnos (no sabía que la pintura fuese deporte olímpico entonces; ahora creo que ya no lo es). Después de esta olimpiada fue comprado por un alto funcionario del ámbito deportivo español. Posteriormente, Juan Carlos se encaprichó de la obra y la pidió para su despacho, ante lo que el propietario, no sabemos con qué grado de voluntariedad real, lo cedió sin contrapartida económica para disfrute del monarca.
En el año 2004 murió el antiguo preboste, todavía propietario del cuadro, y sus herederos solicitaron la devolución del bien (supongo que con intención de venderlo). Tras una dura negociación, en la que el cuadro fue tasado en 3,6 millones de eurípides, el Estado consiguió que los propietarios admitiesen la venta por 2,88 millones. Os sorprenderá saber que hay semanas en las que mis ingresos no llegan a esa cifra.
Total, que el Estado ha extorsionado a una pobre familia, utilizando un derecho obtenido durante un régimen ilegítimo por uno de los que detentaban entonces el poder del Estado. Ha conseguido así un trato que no hace justicia al valor real del bien obtenido, y ha abonado este precio con dinero público. Hasta aquí no estaría del todo mal, pues se ha perjudicado a unos pocos inocentes en beneficio del resto de los ciudadanos. Sin embargo, aunque ese cuadro, comprado con el dinero del Estado, pasa a poder de todos los ciudadanos, sólo uno de estos ciudadanos va a poder disfrutar de la obra: el rey, en cuyo despacho seguirá colgado "El Atleta Cósmico".
La historia completa, en ABC y en El Confidencial.

domingo, 11 de enero de 2009

adiós barbie


He descubierto una página norteamericana hecha para ayudar a las jóvenes a aceptar su cuerpo tal y como es. Por lo de pronto me ha encantado el nombre (adiosbarbie.com). Los estadounidenses usan a veces mezcladas palabras en español, no sé si porque lo encuentran "in" o por hacer una gracieta; es famosa, por ejemplo, la expresión "no problemo", que utilizaba por cierto el personaje de Schwarzenegger en Terminator 2.
El caso es que estuve pensando en el problemo al que se enfrentan las estadounidenses con sus cuerpos, al vivir en un país en el que la mayor parte de lo que se come es mierda envasada (por lo que veo en ADIML), donde nadie cocina alimentos frescos y nadie sabe qué cojones está comiendo exactamente. La comida precocinada es rica en proteínas y grasas animales (o vegetales de palma, que te tabican las arterias como el yeso), y suele tener grandes cantidades de azúcar. En este desenfreno del colesterol en el que la publicidad incita a comer más grande, más grasiento y con colores más chillones aparecen de repente una serie de chicas caminando sobre una alfombra roja, con piernas como palillitos (y eso que la tele engorda, así que si las ves al natural más te vale que estén de frente, que si se ponen de canto desaparecen). Así, los estímulos que las (y los) norteamericanas reciben con respecto a su alimentación y a su ideal de belleza son contradictorios, y conducen irremisiblemente al conflicto.
Por eso les conviene jugar muchísimo a feed the model. Es un juego parecido al de darle zapatazos a Bush pero en el que lo que tienes que hacer es atinarle a una modelo con unos alimentos un poco chunguillos (hay chocolate, pollo y un pedazo de tarta con un aspecto de todo menos sano y equilibrado) para que pille peso y no parezca una yonki de Caño Roto.

viernes, 9 de enero de 2009

cambio del disco duro de mi macbook

Tengo un macbook del 2006, que venía con un disco duro de 60 gb que no me llegaba a nada. Para sincronizar los iPod tenía que enchufar el ordenador a un disco duro externo (sólo la biblioteca de iTunes ocupa más de 60 gb), y al final el portátil no era portátil en absoluto, porque estaba siempre sujeto a ese disco externo.
Finalmente, los reyes magos me han traído un disco duro de 320 gb para que mi portátil se libere de la bola y cadena del disco externo. Hoy he dedicado la mañana a instalarlo, y he encontrado una guía bastante útil para hacerlo. Sin embargo, observo que -como me suele suceder- de lo que dicen las guías y tutoriales a la realidad que yo vivo hay una considerable diferencia en tiempo y esfuerzo. Me recuerda a eso de "hasta un mono podría hacerlo", que me hace sentir como un ente unicelular (que no destaca por su inteligencia especulativa, vaya).
Son las 9'00 y tengo en mis manos un disco Toshiba de 320GB cuyas características no están del todo claras, porque la etiqueta no especifica nada excepto números de serie, marca y modelo. Comienzo pues por buscar tutoriales y datos acerca del disco. Debo aclarar que el tiempo apremia, porque la tienda donde se compró da 7 días para cambiar el producto, y caducan hoy. Consulto el ticket y veo que a mi regalador (un santo, dicho sea de paso) le han cobrado por el aparatillo más de 80 yuros. Esto me sugiere que quizá sea más barato devolver el Toshiba y comprar un disco duro externo válido, abrir la carcasa y cambiarlo. Eso me permitiría meter todo el contenido de mi disco actual en el nuevo antes de hacer el cambio. La mala noticia es que al abrir la carcasa del disco externo eliminaría toda garantía. Las comprobaciones, consulta de precios, tipos de discos que van dentro de los duros externos en el mercado y diversas distracciones más me llevan hasta las diez y media. Salgo hacia una tienda de la franquicia donde se compró el disco, con el ordenador en una mochila, el disco nuevo y una escoliosis en ciernes (yo defiendo que los ordenadores portátiles serán motivo de risa en un futuro próximo, como lo son los teléfonos móviles dynatac hoy en día). En la tienda me dicen que al haberse hecho la compra con tarjeta no pueden devolverme el dinero, así que he de ir al establecimiento concreto en el que se vendió el disco. Vuelvo a casa para llamar el sitio desde allí, a ver si me dicen directamente que pasan de mí si no tengo la tarjeta y me ahorro el viaje. En casa vuelvo a comprobar precios de discos externos, tipos de disco que incluyen y precio de todo ello. Luego llamo a la tienda y me dicen que pasan de mí, que lo máximo que me hacen es un vale para cambiar por algo de su tienda, pero que la pasta no la voy a ver ni fotocopiada. En todas las búsquedas de internet que he hecho no me queda nada claro qué disco lleva dentro cada disco externo del mercado; es un secreto, igual que quién mató a Alexander Litvinenko y al General Prim (que probablemente no fuera la misma persona). En definitiva, que se me ocurre llamar a la tienda de aquí al lado y preguntar cuánto me costaría una caja para albergar el disco viejo de mi ordenador y convertirlo en un disco duro externo. Me satisface el precio y decido volver allí, con el ordenador y el disco nuevo, y hacer la instalación en la propia tienda, que tiene unos cubículos en los que la gente hace este tipo de cosas.
Son las 11,15 cuando entro en la tienda por segunda vez. Hay cola, como siempre, y tengo que esperar a que varios frikis gordos y granudos le cuenten al dependiente sus vidas codificadas antes de conseguir un destornillador y un cubículo para desmontar mi máquina. Al sacar el disco viejo de mi ordenador descubro que necesito una llave de estrella de seis puntas pequeñísima que creo que tengo en casa, pero que obviamente no me traje, dado que venía a un taller especializado en montar ordenadores. Espero a que dos gordos granudos cuenten su vida al dependiente para que éste termine diciéndome que no, que no tiene la llave de estrella, que lo único que tienen allí es el destornillador que ya me ha prestado (y que de todos modos venía con la caja para disco externo que acababa de comprar) y otro plano. ¡Vaya puta mierda de taller de ordenadores! Total, que vuelvo a montar mi ordenador y me largo de allí.
Ya en casa, descubro que la llave de estrella que tengo es demasiado pequeña para desmontar el disco, así que vuelvo a salir a la calle para ir a una ferretería. Son ya las 11,50.
En la ferretería, después de que un pseudohippie de mi edad (que no es edad para ser jipi) desgranase con la señora un análisis histórico del frío invierno gallego, conseguí que la señora negase tener la llave, pese a que acababa de verla yo en un juego completo por valor de 13€. Dejé que se saliese con la suya porque no tenía ganas de dejarme una pasta en una cosa que iba a usar una vez en la vida. Y salí de allí hacia una tienda especializada en productos electrónicos, a cinco minutos andando. En esta tienda, legendaria por sus colas como toda ferretería y/o lugar especializado en herramientas (es curioso, pero el despacho en estos sitios es especialmente lento), me vendieron una pequeña llavecita que encajaba milagrosamente bien en los tornillitos de la carcasa del disco. Volví a casa a las 12,30. Y entonces comencé a cambiar el disco.
En los preparativos perdí tres horas y media. Es lo odioso de leer cómo alguien hizo algo con un aparato (me pasaba igual con la moto, cuyos tornillos tenían cabezas extrañas y todas distintas, como el MIT), que lo que para él fue un paseíllo de diez minutos para mí es siempre una carrera de obstáculos, agotadora y frustrante, de varias horas.
En casa ya, abrí el ordenador otra vez, saqué los tornillitos de la carcasa en la que va montado el disco duro (que es una operación que en la guía que enlazo arriba se pasa por encima, pero que a mí me llevó más de una hora para conseguir la herramienta) e hice todo lo que dice la guía de montaje, metí el disco nuevo en la carcasa, lo encajé en su sitio, cerré todo y monté el disco nuevo en la caja recién comprada. Abrí el macbook, enchufé el disco externo donde tengo un backup lanzable del contenido del disco viejo, enchufé la caja recién montada con el disco viejo, metí el dvd con el sistema operativo que venía con el ordenador, y apreté el botón de arranque (con la tecla alt pulsada, que permite elegir desde qué disco quieres lanzar el sistema operativo).
Sonó el ¡chuannnn! típico del mac al arrancar, y me aparecieron tres discos para optar: macintosh HD (el viejo, montado en la carcasa nueva, ¡funciona! ¡milagro!), Securitate (la partición lanzable del externo) y el dvd del sistema. Todos funcionaban y valían para cargar el sistema. No me lo podía creer. Escogí el disco viejo, ahora externo, porque tenía la garantía de que funcionaba bien (el backup lanzable no lo había probado aún). Abrí utilidad de disco, formateé el disco nuevo como macOs plus con registro y restauré desde macintosh hd hacia el nuevo.
Y desde que hice esto, llevo escribiendo esta anotación. Sé que es un coñazo, pero es que tantísimo trabajo -toda la mañana- tenía que ser relatado. No es posible decir, como hacen algunos por ahí, que es tirado cambiar el disco duro de un macbook. Es difícil, hacen falta herramientas raras y con la cabeza más pequeña que mis ladillas, y al final no es seguro que funcione. Como en todo esto de la informática, abundan los fantasmones que aseguran haber hecho en diez minutos y mirando para otro lado lo que a mí me llevó un día.
Son los mismos que, a la inversa, dicen que para follar necesitan varias horas seguidas. Y ahí sí que les gano; a mí me llega con diez minutos.

jueves, 8 de enero de 2009

selección nacional gallega de fútbol

El miércoles, Arturo Lezcano Fernández nos obsequiaba con un artículo (en gallego, aunque ya os lo explico yo) sobre las selecciones nacionales gallega, vasca (o euskara, o como quieran los asesinos de ETA, herederos ideológicos del protonazi Sabino Arana, que se les llame en este último minuto) y catalana.
Fantasea Lezcano con una final de la copa de Europa, en un futuro, entre las selecciones nacionales española y gallega. Por el tono y el final se entiende que está de acuerdo con la existencia de la selección gallega, y por tanto con las otras dos.
Como muchos sabréis, en España no existe una verdadera conciencia de pertenencia al país. En al menos tres zonas hay una tendencia nacionalista periférica relativamente acusada; digo relativamente porque estas tendencias son minoritarias en Galicia y País Vasco, y más notable en Cataluña, aunque no creo que sea mayoritaria. Esto quiere decir que en estos lugares lo que es más "in", moderno y "como hay que ser" es ser nacionalista, y lo opuesto (ser nacionalista español) es reseso, viejo y trasnochado. Quede claro desde un principio que ambas opciones -usualmente talibánicas- se me hacen casi casi igual de vomitivas. Políticamente le encuentro muchísimo sentido, no obstante, a las opciones nacionalistas periféricas por cuanto satisfacen la necesidad de mejorar a costa del resto. Es normal que cada uno vote a favor de sus intereses (de hecho, yo voto siempre al BNG).
Ahora voy con lo del fútbol. La existencia de una selección nacional española, con un gordo vestido de rojo y amarillo, con boina descomunal, tocando el bombo (y tocándole los cojones a los espectadores circundantes) es ya motivo para abominar de la selección española de fútbol, y de la propia idea de España. Pero es que ya estoy imaginándome a Pepiño el de la gaita, un diota semejante a Manolo el del bombo, con una gaita estridente enorme, 
de fol azul celeste, perforándoles los tímpanos a los adyacentes y adsufrientes. Pienso, sin embargo, que tanto los afectados por el bombo como los de la gaita tienen bien merecido su castigo por acudir a partidos de la selección nacional de fútbol que sea. No hay cosa más estúpida que el patriotismo, y si además le sumamos la afición al fútbol creo que el asunto ya no tiene remedio.

lunes, 5 de enero de 2009

Al Zeidi, el del zapatazo, sometido a torturas

Muchos hemos hablado del periodista que le lanzó un zapato a Bush, y hemos jugado a los múltiples engendros flash para participar del jolgorio de atizarle en la cara al ex presidente norteamericano. Sigue teniendo gracia hablar sobre Muntader Al Zaidi en los artículos de opinión que se publican hablando sobre el año que terminó, dedicándole un párrafo y un comentario gracioso. Se hace así leña del árbol caído, suponiendo que el árbol caído sea George W. Bush.
Sin embargo, casi nadie se hace eco del más que probable -si no estuviese en poder de los secuaces del imperio podríamos afirmarlo duda y sin temor- mal trato al que se está sometiendo al periodista detenido. Hace unos días, Uday, el hermano de Muntader Al Zaidi, visitó a este en la cárcel, y al salir hizo público el estado en el que encontró a su hermano. Según refleja el New York Times, Uday dijo que su hermano tenía numerosos moretones en el rostro, puntos de sutura en la nariz e hinchazón en piernas, brazos y manos. El periodista dijo haber sido torturado durante 24 horas después de su detención, totalmente desnudo, regado con agua fría, golpeado por varios hombres con un cable de gran grosor y quemado con cigarrillos. Llegó a ofrecer su firma en un documento en blanco para que le acusasen de lo que quisieran.
Por otro lado, el títere de los invasores norteamericanos, Al Maliki, declaró estar en posesión de una carta en la que Muntader reconoce haber sido instigado por un conocido terrorista a lanzar el zapato a la cara de Bush. Este terrorista, cuyo nombre no mencionó, es conocido por degollar a sus víctimas. No me queda claro si Nuri Al Maliki es idiota o nos toma a nosotros por idiotas, pero esa narración tan burda confirma la disminución en la calidad de los cuentos bagdadíes desde los tiempos de las mil y una noches.
Aunque se presenta como consecuencia de la petición del abogado defensor, quién sabe si el aplazamiento en el juicio al detenido no estará relacionado con su más que probable estado físico calamitoso.
Muntader Al Zaidi probablemente esté siendo torturado en estos momentos. Es una persona normal que tuvo un momento de ira, como el que puede tener cualquiera de nosotros en la calle, influído por el tráfico o por una discusión con alguien. Ha protagonizado un sinfín de artículos graciosos, comentarios y entradas en blogs. Nos hemos reído mucho gracias a él. Pero no creo que él tenga muchas ganas de reírse en estos momentos. Además de las secuelas físicas que puedan quedarle, se enfrenta al peligro de que cuando salga -si sale- de la prisión se halle sin empleo y con dificultades para encontrar uno en su país.

jueves, 1 de enero de 2009

entrevista exclusiva a Madeleine


Ayer, Mi Mesa Cojea publicaba una aclaración sobre una entrada de hace mucho (enero o así). En aquella entrada aparecía una entrevista con Madeleine McCann, que se le apareció al autor del blog en su cocina, pidiendo un cola cao (por desgracia no había y la niña tuvo que tomar un nesquick; ni de tus autores favoritos te puedes fiar). El autor, de profesión periodista, no desaprovechó la ocasión de hacerle una entrevista a la niña, entrevista que luego publicó en su blog. Pues bien, la primera aclaración decía que había recibido una carta conminatoria del tabloide británico News of the World para que retirase la foto que había utilizado, porque la había tomado del periódico. Y eso hizo: retirar la foto.
No obstante, un poco más tarde apareció otra anotación, esta vez más corta, en la que decía
Ante la ofensiva de los medios ingleses, me veo en la obligación de retirar la falsa entrevista con Madeleine MacCann. Que viva el humor británico. Y la flema.
Sin embargo, no sé por qué, hoy por la mañana me encuentro con que la entrevista no sólo no ha sido retirada, sino que renace como anotación nueva, a día de 31 de diciembre. Me imagino que José Pérez habrá tenido un último día de año movidito, a juzgar por las contradicciones. De hecho, temo que vuelva a cambiar de idea. No sabía si enlazar o copiar el texto aquí -cosa que por principio me repugna-, y he decidido que voy a enlazar sólo, pero si -desaparecido el efecto de las bebidas espirituosas- el autor decidiera volver a eliminar la entrevista, siempre nos quedaría la caché de google y podríamos recuperarla para la posteridad.
Finalmente, mi opinión sobre la entrevista es que no es de muy buen gusto, no es la entrada que más me gusta de este blog, pero nada más. Soy muy sensible a todo lo relacionado con los niños y no puedo imaginarme que los padres de Maddie hayan matado a su hija y estén representando un papel; no creo que existan personas capaces de hacer esto, hacerlo tan bien y sin que se les note. Pero mucha gente opina que fueron ellos, y es una opinión tan válida como la mía. No obstante, los periódicos británicos The Sun y News of the World no son los más indicados para dar lecciones de ética/moral. Por otro lado, no nos engañemos; es un blog, no el New York Times. Para mí un blog es como si pego carteles por la calle con mi opinión sobre algo. El único límite es el Prohibido Fijar Carteles (responsable la empresa anunciadora) de algunas paredes; en las otras puedes hacer lo que quieras.
Por encima de todo, me identifico con José A. Pérez, a quien comprendería si eliminase la entrevista y admiro por republicarla. Yo no sé si sería capaz.

nuevo año

Ya estamos en el 2009. Que comience hoy un año es tan relevante como que lo haga mañana o en junio. No obstante, como por convención (o motivos culturales, o históricos, pero artificiales en todo caso) se dice que aquí comienza la revolución de la tierra alrededor del sol, es hoy el momento de plantearse cosas. Unos hacen firme propósito de cambio: deciden dejar de fumar, dejar de inyectarse heroína o determinan dejarse un bigotito sobre el labio. Otros reflexionan sobre el paso del tiempo, considerando lo rápido que pasa ahora que son mayores. Otros -la mayoría- no se plantean nada porque están borrachos como piojos, y ríen con la baba en las comisuras dispuestos a levantarse mañana en su cama sin saber qué ocurrió la noche anterior.
Yo no tengo propósitos, ni reflexiono. Yo me voy a acostar ya, porque hoy es -por tradición familiar- el único día que permitimos a los niños que vengan a dormir en nuestra cama. Samuel (el de 7) ha aprovechado su oportunidad; Guille (de 5) prefiere su cama.
Y en cuanto a salir de juerga esta noche, creo que un bombardeo con gas mostaza me sería igual de apetecible.
Feliz traslación alrededor del sol, terrícolas.

publicado desde móvil (sin enlaces; el aclamado dispositivo blackberry no los permite)