jueves, 18 de junio de 2009

Galiza Cunilingüe


Vivo en una zona de España llamada Galicia o Galiza, en la que existe un idioma propio muy parecido al castellano (en realidad es como un intermedio entre el portugués y el español) que se encuentra en serio peligro de desaparición.
Durante la dictadura de Franco (gallego renegado) las lenguas vernáculas de España fueron ignoradas y/o reprimidas. Estos años de persecución, sumados al hecho de que Galicia era un pueblo esencialmente rural y que la modernidad urbana e industrial se identificó con el español, hicieron que el gallego fuera perdiendo fuelle. Quizá lo más importante en todo el proceso, y que nos distingue de Cataluña y el País Vasco, es el complejo de inferioridad del gallego ante lo foráneo.
Como quiera que sea, para evitar la desaparición del gallego, aplastado por el poderoso español, se han habilitado muchas medidas, entre las que está la creación de una televisión en gallego, la subvención de la edición de libros, periódicos y revistas en gallego y la introducción del gallego en el sistema educativo en igualdad con el español.
Pues resulta que ahora el partido de derechas ha ganado las últimas elecciones autonómicas de Galicia, y unos de sus principales discursos en la campaña fue que todos los padres tenían derecho a elegir el idioma en el que querían que aprendieran sus hijos (de entre los cooficiales, claro, no vale elegir arameo antiguo). Es evidente que esta promesa era un farol, pues no es posible respetar el derecho individual de todos los padres a que cada uno de sus hijos reciba la educación en la lengua que elija, porque la población está muy dispersa y eso obligaría a duplicar la oferta de escolaridad en muchísimos lugares. Sin embargo, la oferta cuajó y todos los nacionalistas españoles votaron alegremente a este partido.
Así pues, bajo el barniz de liberalismo en el que se mueve la asociación Galicia Bilingüe, jurando que lo que quieren es que no exista imposición, y que el gallego se desarrolle en igualdad de condiciones con el español, lo que se oculta es la intención de que el gallego desaparezca de una putísima vez y que todos hablemos la lengua de la patria de Cervantes, cuyo imperio volverá a surgir con voluntad señera para mostrar al mundo cómo coño se conquista un planeta, joder ya.
Y esto es lo que me repatea de estos fascistas encubiertos: que hablen de igualdad cuando se parte de una situación de desigualdad. Lo que se pretendía en estos años era insuflarle al gallego un poco de oxígeno para que pudiese resurgir, porque el español es un idioma tan pesado que lo estaba asfixiando. Lo que buscan esos españoleiros velados es retirarle los tubos al gallego y dejar que se muera cuanto antes.
No me gustan los españolistas, y eso queda claro, pero ¿qué hay de los otros, de los nacionalistas gallegos? Pues resulta que estos años se han puesto muy intransigentes con lo del idioma, y han llegado a montar un incipiente aparato de control sobre los empleados públicos y los ciudadanos en general para imponer el uso del gallego por defecto. Eso tampoco me gusta, y no sólo a mí, a la vista de la caída de los votos en las últimas elecciones.
Para terminar de fastidiar, una vez que ganó las elecciones, a Feijoo (alias Wally) no se le ocurre otra cosa que convocar una encuesta entre todos los padres de alumnos de Galicia (a la cual estoy por lo tanto convocado) para hacernos unas confusas cuestiones. En la encuesta se hacen tres preguntas: en qué lengua quieres que se den las asignaturas troncales, en qué lengua prefieres que estén escritos los libros de texto, en qué lengua prefieres que hagan los exámenes y si estás de acuerdo con que se impartan materias en inglés. Se entiende que si en la primera mencionan las asignaturas troncales y en las siguientes no será porque sólo la primera pregunta se refiere a éstas. Sin embargo, los defensores del gallego advierten de que toda la encuesta es solamente sobre las asignaturas troncales, que en infantil son solamente dos. Esto podría ser, pero entonces existiría un gravísimo error en la redacción de las preguntas, que indicaría que el que diseñó el cuestionario tiene que regresar urgentemente al colegio, a aprender a redactar en gallego y castellano. Lo más probable, sin embargo, es que haya mala fe por parte de los españolistas, que son quienes convocaron la consulta, y que pretendan confundir a la gente. Porque fijaos en las opciones que dan: todas en galego, maioría en galego, unhas galego e outras castelán, a maioría en castelán ou todas en castelán; tal parece que estuvieran hablando de más de dos asignaturas, ¿verdad? (en la foto pongo el cuestionario de secundaria, donde hay siete troncales, pero a nosotros nos plantearon el mismo modelo y tenemos sólo dos). Y por otro lado, si este cuestionario se refiriese en efecto sólo a las troncales, ¿en qué lengua se van a dar las demás asignaturas?
Los enunciados son tan inconcretos que jamás sabremos a qué está respondiendo la gente en realidad. De hecho, yo tampoco sé qué he respondido y a qué. Pero da igual, porque al final harán lo que pretendían hacer desde un principio, sin hacernos ni caso.

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