lunes, 17 de noviembre de 2008

soy spammer


No sabía por qué desde hace unos días mi blog cayó drásticamente en número de visitas. Tenía pocas, pero ahora he disminuido a la décima parte.
Ha aparecido (dos semanas después de que mis visitas se dividieran por 10) una ventanita en el sitio donde entro para publicar entradas (la estoy viendo ahora mismo). En esta ventanita me obligan a poner un código de esos distorsionados para demostrar que no soy un robot. Supongo que el spam no lo hacen nunca personas, o que los spammers tienen mala vista o se les da mal la identificación de caracteres distorsionados.
Estoy espcialmente enfadado porque nadie se ha puesto en contacto conmigo y hace dos semanas que me han condenado unilateralmente al ostracismo. Supongo que son esclavitudes de la web 2.0. Ellos te dan la vida y te la quitan cuando les place.
Oh, Google, ten piedad de mí, humilde piltrafa que llama a tu puerta, y devuélveme la vida, por misericordia.
Click (es el equivalente a amén en la nueva espiritualidad digital).

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