jueves, 22 de mayo de 2008

mañana libre

Hoy tengo la mañana libre, para mí solo. Ayer decidí que iba a ir al gimnasio y luego a darme una sauna. Hoy me preparé y luego cogí mi pantalón de deporte, mi camiseta, chanclas de ducha y busqué mi toalla de microfibra para estrenarla. Pero no estaba en las cosas de la piscina, en mi parte del armario. Busqué en la parte de mi mujer y tampoco. Como se parece a una sábana, busqué donde las sábanas. Fui luego a los diversos sitios de toallas de la casa. Nada. En ningún sitio de los lógicos. Supuse que al haber ido a la lavadora la mujer que tenemos contratada para limpiar la habría confundido con sabe dios qué y por lo tanto sólo dios sabe adónde habría ido a parar.

Salí al médico, a contarle lo loco que estoy. Como siempre, pensé a esta que le importarán las tonterías que se me pasan por la cabeza, y le conté la mitad de la mitad. Luego volví a casa, a seguir buscando la puta toalla.

Volví a mirar en todos los sitios lógicos y en varios ilógicos. Busqué también en los trapos de limpieza, por si la que limpia lo había confundido con una gamuza grande. Nada. En la ropa de los niños, en los trapos de cocina, escondida en lo alto de un armario. Nada.

Estaba a punto de llegar la que limpia, y no me gusta que me vea en casa. Diría que por no interferir en su trabajo pero en realidad es que no quiero hablar con nadie. Hoy tengo uno de esos días en los que la extinción de la humanidad (excepto yo) sería una gran noticia. Bueno; estaba a punto de llegar, decía, y entonces me escapé, pero ya no me atreví a salir a la calle, por si la gente me miraba, y ya no quería ir al gimnasio y a la sauna, porque no quería que la gente me juzgara, gordo, con ropa apretada, viejo, y esas deportivas rojo chillón que parezco un payaso.

Me vine al garaje de casa, y busqué también en el coche, por si a la toalla le salieron patas y se vino andando hasta aquí. Y en el trastero, que todo es posible. Y ahora no quiero salir de aquí, de esta pequeña oscura fría húmeda habitación. Nunca más.

Ahora ya es demasiado tarde para rectificar y disfrutar de mi mañana libre. El tiempo ha pasado. Como mi vida.

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