
Queda claro que otros tocaban para nosotros mientras nos acomodábamos en nuestras sillas y escuchábamos lo que un profesor nos iba poniendo en un reproductor de música, aparato que costaba tanto como un coche de tamaño mediano (incluyendo los altavoces el importe subía a microbús).
De aquellas audiciones me quedan muchísimos recuerdos de obras de música clásica. Algunas ya siendo muy joven había ido comprándolas en discos de vinilo, y seguramente andarán por ahí, pero como me parece un coñazo el plato reproductor de música, y todo lo que escucho lo escucho en un ipod (en auriculares, conectado a altavoces, al ampli del equipo de música, al coche…), he ido comprando cedés y bajándome obras de internet. Precisamente para bajarse música clásica está la página Classic Cat, que da acceso a miles de obras de cientos de compositores, en un formato agradable y sencillo (estas páginas de música gratuita con frecuencia son un batiburrillo de archivos mal etiquetados y peor colocados, que no sabe uno ni por dónde empezar. Respecto a las versiones hay de todo, pero si no te gusta alguna cosa que te bajes, puedes buscarla luego en versión Decca por rapidshare. Allá tu conciencia.
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