martes, 22 de enero de 2008

mitología griega para burras pardas II




En realidad no sé muy bien de dónde brotan Urano y Gaia, pero lo cierto es que brotar, brotan, y tampoco está del todo claro cómo es que a Urano nos lo presentan como hijo de Gaia. Entiendo que aparece por escisión de su progenitora, que es una manera frecuente de reproducción en los dioses griegos y en las lombrices. Además resulta que se aparean entre ellos, lo que se me antoja una especie sofisticada de masturbación (creo haber dicho ya que debíamos acostumbrarnos al incesto, que era afición de mucho predicamento entre los dioses griegos). Lo cuenta Robert Graves bien bonito en Los Mitos Griegos I (Alianza Ed.; Madrid; 2007; pág. 37):
(…) la Madre Tierra surgió del Caos y, mientras dormía, parió a su hijo Urano. Mirándole tiernamente desde lo alto de las montañas, derramó lluvia fértil sobre sus grietas ocultas (…)
Maravilloso eufemismo, ese de la lluvia fértil. La cosa es que esa lluvia generó ríos, mares, animales, plantas y luego hijos. Los primeros hijos de Gea (o Gaia, o Madre Tierra, o Tierra a secas, que parece un personaje de Tolstoi) no estaban muy bien terminados, como los coches indios, el sistema operativo Windows (en todas sus versiones) y los productos que venden los bazares chinos. Primero salieron tres monstruos llamados hecatónquiros, o gigantes de cien manos. Luego otros tres monstruos con un solo ojo, llamados cíclopes. Avergonzado de su progenie, Urano encierra a estos seis portentos en el Tártaro, que es un lugar casi tan terrible como un orfanato chino
(…) un lugar tenebroso en el mundo subterráneo que está tan lejos de la tierra como ésta del cielo. Un yunque que cayera en él tardaría nueve días en tocar fondo (…)

A Gea no le gustó que Urano encerrase a sus ninios, porque ella los amaba aunque fuesen feos (en realidad ni siquiera los veía feos, sino peculiares, como veía yo a mi hijo pequeño cuando era bebé; ahora al ver las fotos reconozco que no era muy agraciado).
Urano y Gea tuvieron más hijos, estos ya más presentables, que fueron seis titanes y seis titánides. El carnet de familia numerosa de Urano y Gea tenía ruedas para poder remolcarlo. Gea conspiró con los titanes para liberar a los seis monstruos del Tártaro, y se fueron todos a por Urano, que los vio venir y los mandó también al Tártaro. Entonces Gea convenció a las titánides de que liberasen a todos los habitantes del Tártaro.
En cuanto fueron libres, los cíclopes les fueron a la piel a los titanes y los hecatónquiros a las titánides. Visto que no se sabían comportar en sociedad, la propia Gaia los devolvió al Tártaro. Como si de una madre moderna se tratara, echó la culpa al prójimo de la falta de urbanidad de sus hijos, y acusó a Urano por haberlos tenido metidos en el Tártaro en lugar de educarlos en los Jesuitas, que es lo que hacen las buenas familias. Así pues, Gaia intenta convencer a sus hijos de vengarse de Urano, pero pasan de ella porque ya están hartos de hacerle caso en todo, que quieren jugar a la Play, chatear un rato y salir al botellón. El único que accede a los deseos de su madre es Cronos, que se aprovecha que Urano está dormido para, con una hoz en la diestra y cogiendo el nabo con la siniestra, castrar a su padre de un solo golpe y lanzar todo hacia el mar. Las partes nobles de Urano debían de ser de gran tamaño, porque son lo que ahora conocemos como isla de Corfú. Sin embargo, la hoz no la encuentro. Mirad vosotros en el mapa; el conducto uretral coincide casi íntegramente con la principal carretera de la isla. Todo un detalle de los señores ingenieros.

Aunque Cronos procuró hacerlo todo con cuidado para no manchar nada, unas gotas de sangre se le cayeron al suelo, y de esas gotas que fecundaron a la Madre Tierra (esta Gaia es que no se le puede ni mirar, que en seguida preña) surgieron varios monstruitos, entre los que destacan las tres Erinias, que vengan el parricidio y el perjurio.
Cuando se vieron libres de Urano y se cansaron de jugar con la consola, los titanes liberaron nuevamente a sus hermanos monstruosos. Sin embargo, a Cronos el éxito se le subió a la cabeza y volvió a recluirlos en el Tártaro, a donde ya había mandado a su padre con la herida cauterizada.

La versión presente utiliza un dato que sólo he visto en la wikipedia, y es que según todas las fuentes alternativas (incluso otros artículos de la wikipedia) los hecatónquiros y los cíclopes no fueron liberados antes de que Urano fuese castrado, y por lo tanto Gea no los devolvió al Tártaro. Así pues, según la versión más aceptada Gea intentó convencer a los titanes de que atacasen a Urano por haber encerrado a los monstruitos, y de estos titanes sólo Crono aceptó. Gea hizo una hoz de pedernal con la que Crono descojonó a su padre. De unas gotas de sangre (o semen, según otras fuentes) que cayeron sobre la Madre Tierra aparecieron diversos tipos de monstruos y demonios. Después Crono lanzó la hoz y las partes nobles de su padre al mar, creándose la isla de Corfú, y generándose una espumilla rica en líquidos seminales de la que surgió Afrodita (diosa del amor y la belleza).

A esta versión nos ceñiremos cuando hablemos sobre Cronos, porque la oposición de Gea a Cronos sólo puede explicarse por haber sido éste el que mantuvo a sus hermanos dismórficos en el Tártaro.

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